En esta entrega vamos a conversar sobre la importancia de las remesas en el Brasil. Si, esa tierra tan cercana pero, al mismo tiempo, tan lejana para nosotros.

En primer lugar, hay que aclarar que los procesos migratorios en el Brasil son un fenómeno de carácter social relativamente reciente. De hecho, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reseña que la emigración hacia los Estados Unidos, Portugal e incluso al Japón, comenzó en la década de los noventa.

Con el Brasil ocurre un fenómeno interesante en relación al tema de los procesos migratorios, ya que históricamente, ha sido un país receptor de inmigrantes europeos, incluyendo inmigrantes japoneses. Lo que explicaría los destinos escogidos por los emigrantes brasileños a partir de la década de los noventa.

Como dato interesante, por medio del decreto N° 80 (1824), en el que el Estado brasileño promovía el crecimiento de las comunidades rurales incentivando la emigración europea, para eso, garantizaba los gastos de viaje de las personas que desearan asentarse en el mencionado país.

Otro dato aún más interesante es que, se hizo un decreto en el que se regula la entrada de inmigrantes para dar preferencia a los europeos con el fin de sobreponer la escasez de mano de obra producida por la abolición de la esclavitud en Brasil (1890).

A raíz de la crisis económica de los años 80 y 90, Brasil pasó de ser un país receptor a convertirse en uno de origen. Para el 2008, se registró más de 2 millones de migrantes. Entre los destinos principales escogidos, destacan: Estados Unidos, Paraguay y Japón. Y, en segundo lugar, tenemos algunos países de la Unión Europea.

 

Importancia del envío de remesas

 

Acorde a las cifras aportadas por el Banco Mundial, el envío de remesas en el Brasil equivale al 0.21% de su PIB. A primera vista, esto no es mucho. Pero, para que tengamos una idea de lo que esto implica, hablamos de más de 2.800 millones de dólares en el 2020. Por lo que, esta cantidad de dinero tiene un impacto en la calidad de vida de las familias que dependen de la recepción de remesas para sobrevivir.

Según las investigaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), tenemos que más del 90% de las familias que se benefician con este dinero pertenecen a grupos vulnerables con un nivel de estudio relativamente bajo. De hecho, de los entrevistados, solo el 35% confirmó haber alcanzado por la educación primaria.

En este sentido, la mayoría de esos recursos se destinan al consumo. Sin embargo, pequeñas cantidades se destinan a la educación y en tercer lugar a la inversión comercial.  Hay que destacar lo siguiente: el BID tiene un plan social que busca incentivar la inversión de remesas en actividades de carácter productivo, brindando respaldo educativo y técnico.

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