Si bien, la preocupación por una crisis de económica disparada por el Covid-19, desapareció. Esto ocurrió gracias al dinero inyectado al sistema financiero por los países más ricos, evitó, sin lugar a dudas, que los inversionistas entraran en pánico. En consecuencia, la bolsa se mantuvo relativamente estable e incluso llegó a tocar máximos históricos. ¡Podemos respirar!

En relación a los mercados, tenemos que la situación parece estable. Sin embargo, hay que preguntarse qué va a pasar cuando la era del dinero barato propio de la política expansiva que busca apuntalar acciones y bonos de deuda en las capitales financieras a nivel mundial.

De hecho, Wall Street ha invertido más de 100 mil millones de dólares en la deuda latinoamericana. Esto puede continuar, solo si no hay cambios determinantes en la política monetaria de la región.

Todo esto suena bien. Pero, en el peor de los casos, América Latina tiene mucho que perder. Pues, en este escenario, los fantasmas de la inflación, la fuga de capitales y la desigualdad están esperando su momento para salir.

Algo de contexto

 

En el 2020, el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de Estados Unidos aplicaron una serie de medidas, particularmente centraron las tasas de interés  en cero para dinamizar  los préstamos. Así mismo, le inyectaron miles de millones de dólares para mantener la liquidez del sistema financiero.

Un año después de estos movimientos por parte de estos entes, la Reserva Federal alcanzó niveles increíbles, esto gracias a la compra de billones de dólares tanto en bonos como otros instrumentos financieros. En resumen, hay un apoyo financiero sin precedentes a la dinamización de la economía.

Ahora bien… ¿Qué pasa con América Latina?

 

Entendiendo que la Reserva Federal estadounidense se ha convertido en una especie de comprador cuya misión consiste en inundar de dinero los mercados financieros para darle un empuje importante a los precios, acompañado con una tasa de interés igual a cero.

Tenemos que el movimiento lógico de Wall Street ha sido comprar la deuda de una serie de países emergentes, incluyendo países de América Latina.  Esto ocurre porque las tasas son mucho más altas.

En consecuencia,  tenemos a la región más afectada por el Covid-19, cuya recuperación económica se perfila mucho más lenta en comparación con otras economías. Sin embargo, la paradoja está en el hecho de que a pesar de esto, consiguen capital a través de los inversores. Lo que supone un riesgo importante, ya que los países afectados solo podrán pagar si se recuperan a tiempo.

Desde lo cual…

Economistas explican que frente al aumento de la masa monetaria, si no hay una demanda real de la moneda, el resultado es la inflación. Esto desemboca en el empobrecimiento de la población más vulnerable y favorece la salida de capitales. Estamos en una situación complicada, dado el contexto, es imposible determinar la situación real de la economía mundial.

América Latina debe estar alerta y preparada con sus reservas internacionales al tope para sortear los cambios que vendrán en el momento en que los gobiernos de la región comiencen a revisar sus respectivas políticas monetarias. Pero, eso no es todo,  es necesario evitar el aumento de la masa monetaria puesto que las monedas locales no tienen el sustento para enfrentar dicho movimiento.