A pesar de los múltiples adelantos que hay en esta materia, en la actualidad persiste una profunda asimetría entre el sector Fintech, la industria financiera tradicional y los medios de pagos.

Un factor importante que interviene en dicha asimetría es la elevada presión fiscal que interviene directamente en el precio de los bienes y servicios que prestan este tipo de empresas.

 

Algo de contexto

 

Recordemos que todo lo que hemos vivido en el año 2020 y parte del 2021 en relación a la pandemia, trajo consigo el crecimiento exponencial del E-commerce y por ende, el crecimiento del número de usuarios que optan por los medios electrónicos de pago.

En medio de todo esto, las Fintech han jugado un papel importante ya que los bancos digitales se perfilaron como soluciones de carácter innovador que permitieron resolver las necesidades financieras que surgieron a raíz de la contingencia sanitaria. Por ejemplo, debemos mencionar que las soluciones tecnológicas generadas por las Fintech aligeraron la carga relacionada con el uso de masa monetaria (billetes).

Como era de esperar, las soluciones digitales lograron capturar la atención de un segmento poblacional importante: los nativos digitales. Es importante señalar, se trata de un público que, dada su juventud, está interconectado y además, posee un nivel muy bajo de tolerancia a los esquemas tradicionales usualmente analógicos.

 

El reto de las Fintech en América Latina

 

Es precisamente el tema del dinero en efectivo responde a la premisa de un problema cultural muy arraigado en Argentina. Pues, la penetración de las Fintech es relativamente baja en comparación a otros países de América Latina.

El uso del dinero en efectivo genera la pérdida de trazabilidad de las operaciones, remite a la informalidad de la economía y facilita el proceso de evasión. De ahí que, las Fintech representan una solución importante, ya que las regulaciones han permitido establecer un punto de equilibrio entre este tipo de empresas y el sistema financiero tradicional. La idea de todo esto es proteger al usuario final.

 

Análisis fiscal y regulaciones

 

México fue el primer país de la región que adoptó un sistema regulatorio para las Fintech. Esto representó un salto importante pues, la ley Fintech 2018, reguló los servicios prestados por las entidades financieras con base tecnológica. Hablamos de pagos electrónicos, financiamiento colectivo, activos virtuales y otros tipos de asesoría financiera que involucre el uso de canales digitales.

En este sentido, México se convirtió en uno de los principales hubs de desarrollo que incentivan la inclusión financiera de sectores poblacionales y  la innovación de los vehículos tradicionales. En el caso de América Latina, la aceleración de las nuevas tecnologías ha revolucionado la forma en la que América Latina concibe el tema de las finanzas pero al mismo tiempo, representa una oportunidad para incorporar al sistema financiero tanto a personas naturales como jurídicas sin las limitantes que tiene el sistema financiero tradicional.

Pero, hay que destacar que es necesaria una óptima regulatoria y tributaria a nivel de legislación. Lo que nos permite concluir que es necesario es esfuerzo conjunto tanto de actores privados como gubernamentales para garantizar el encuadre tributario del sector Fintech para apoyar el desarrollo de este tipo de empresas, eso sí, respetando las particularidades propias de cada negocio.