Cada crisis es una oportunidad… Y, si América Latina se prepara, es posible mirar al sector agroalimentario como un negocio que representa, a su vez, una estrategia para el desarrollo socio-económico del continente suramericano.

No te preocupes, este artículo no va sobre temas de autoayuda.

Pero, indudablemente esta es la frase que calza a la perfección. Pues, según el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que puedes leer aquí, las áreas prioritarias como lo son la producción de alimentos y la salud, requieren un lugar prioritario en lo referente a financiamiento e inversión.

Dado el panorama del desarrollo rural en América Latina y el Caribe, la crisis causada por la pandemia reveló la urgencia de transformar el modelo de desarrollo regional con base en la construcción de sistemas agroalimentarios fuertes que puedan responder ante situaciones complicadas.

 

Más que necesario, es urgente…

 

El 2020 significó la caída del 7%  en cuanto al Producto Interno Bruto (PIB) regional. Por eso, este documento es determinante ya que llama a realizar acciones de carácter transformador a largo plazo para garantizar la recuperación y fortalecimiento de este sector en América Latina con la idea de superar las problemáticas sanitarias, climáticas y económicas a las que se enfrenta en la actualidad.

Sin embargo, no todo es negativo. Pues como revela la FAO, tenemos que el sector agroalimentario latinoamericano fue el que menos sufrió con la irrupción por Covid-19,  de hecho,  las exportaciones regionales  aumentaron en un 2.7%, mientras las exportaciones generales cayeron en un 9.1%.

 

¿Por qué representa una oportunidad de negocios?

 

La manera de construir sistemas agroalimentarios que puedan enfrentar situaciones complicadas como una pandemia, es por medio de la digitalización de la agricultura.  Esta es una estrategia importante que puede transformar dichos sistemas favoreciendo la sostenibilidad y sobretodo, la inclusión social.

Básicamente, se trata de entender que el uso de las tecnologías, prácticamente garantizan una mayor producción de carácter sostenible, lo que fortalece los mercados al ser provistos de alimentos mucho más seguros y nutritivos.

Pero, eso no es todo…

La digitalización de este sector promete una mayor inclusión y aumenta la calidad de vida de los actores involucrados, hablamos de la población rural.

Entonces…

La FAO reconoce que dicho proceso es aún incipiente pero promete ser inevitable. Por eso, representa una oportunidad de negocio para todos aquellos emprendedores tecnológicos que busquen derrumbar las barreras relativas a la conectividad de las zonas rurales. Estamos hablando de una realidad concreta, pues la conectividad en las zonas urbanas alcanza el 71%, mientras que en las zonas rurales de América Latina apenas llega al 36%.

En conclusión, se trata de aprovechar todas las oportunidades que este sector promete para el desarrollo socio-económico de la región.