Analizar el impacto de la migración en la economía debe ser una tarea mucho más profunda que la revisión al punto de los empleos y salarios en un país determinado. Esto significaría, por ejemplo que a la hora de analizar el impacto económico de los precios bajos a raíz de las importaciones baratas, hay que estudiar el aumento de la competencia, la transferencia tecnología y el desarrollo de las cadenas de suministros, entre otros temas.

De entrada, el impacto de la migración en la economía sugiere un aumento de la innovación pues, está asociada con un aumento de la actividad comercial, la transferencia de conocimiento, particularmente en lo que se refiere a las industrias relacionadas con la alta tecnología. Entonces, esto ha llevado a la comunidad académica a estudiar la relación entre el aumento de la población a causa de los inmigrantes, el aumento del promedio de ingreso y la calidad de vida.

Hay varios mecanismos que llevan a pensar que el aumento de la productividad de un país en particular está relacionado con el aumento de la población migrante. En primer lugar, tenemos que las habilidades que traen los migrantes puede complementar la exigencias del mercado, lo que indudablemente, mejora el funcionamiento económico en todos los ámbitos relacionados.

 

¿Cómo favorece la migración a la economía?

 

Según los datos aportados por el American Economic Journal, en Estados Unidos y en Italia, la migración constituyó una fuerza laboral que se encargó de labores como el cuidado de niños y el trabajo doméstico, esto favoreció el aumento de los índices de empleo en el segmento de las mujeres italianas y estadounidenses nativas que, al no tener que quedarse en casa, salieron a trabajar.

De hecho, en una investigación realizada en el 2016 por el Fondo Monetario Internacional encontró un aumento del 1% del Producto Interno Bruto en la proporción de migrantes, lo que se traduce en un aumento de los índices de productividad.

 

Es cuestión de trabajo en equipo

Este subtítulo puede sonar cliché, pero la realidad es que el éxito económico a raíz del factor migratorio depende de las políticas particulares de los países de destino, como también las dinámicas de sus mercados laborales.

Un ejemplo claro de esto es Europa, pues con el aumento de la población inmigrante a raíz de la llegada de refugiados y migrantes irregulares, ha demostrado que los países económicamente estables, han sido aquellos capaces de integrar la población migrante a sus mercados laborales.

Destaca el caso del Reino Unido en el que los índices de desempleo son relativamente similares entre la población nativa y la población inmigrantes. En contraposición al caso de España, Bélgica y Grecia en el que la brecha entre ambos segmentos poblacionales puede alcanzar hasta los 10 puntos de diferencia.

Este es uno de los múltiples ejemplos que podemos mencionar sobre la relación entre migración y economía. Sin embargo, hay algo que está claro…

La migración es una realidad concreta y dado el panorama geopolítico actual, tiende al alza. Así que, más allá de “bloquear” los movimientos migratorios, nuestra sugerencia para los países tradicionalmente receptores de inmigrantes, es que deben prepararse para organizar su sistema de políticas públicas y así, enfrentar este reto que, de ser implementado correctamente, promete dinamizar sus respectivas economías.