Una de las cosas que nos alejan del éxito son los sesgos y mitos que nos han contado a lo largo de nuestra vida. Muchas veces nos han hecho creer que el éxito instantáneo gracias a buena idea es posible. Pero no, así no surgen las ideas brillantes.

Sí, hay un sinfín de películas y series de tv que nos hacen soñar con esa idea millonaria que nos llevará al éxito. Esta quimera tiene un fin motivador pero para todos y particularmente para los emprendedores, es indudable que se trata de una visión errada que puede llevar a la desmotivación.

 

El fenómeno de la “epifanía” es un proceso

 

Aunque te parezca increíble, ese fenómeno conocido por los psicólogos como “epifanía” es enigmático. Sabemos que ese toque de las musas, ese relámpago de Urano,  realmente es producto de un proceso progresivo que tiene dos grandes columnas: la memoria y el conocimiento obtenido a través de la experiencia.

En el mundo emprendedor, perseguir la quimera pareciera ser la premisa. Un emprendedor tiene una personalidad que pareciera retar lo seguro constantemente. Pero, como podemos ver… una idea valiosa, es producto de tu experiencia –aunque no te des cuenta-.

 

¿De dónde vienen las ideas?

Entonces, las ideas parecieran venir de afuera y por eso nos motivan muchísimo. Sin embargo,  estudios científicos revelan que ese momento Eureka es el resultado de patrones identificables de innovación que nos abren posibilidades adyacentes. Tal es el caso del fracaso.

Extraño ¿No?

Pero, resulta que este compañero de vida conocido como fracaso, es el primer predictor del éxito. La realidad es que la manera en la que las personas lidian con los fracasos incide directamente en su nivel de éxito.

Todo emprendedor se enfrenta al fracaso casi diariamente y esto aumenta el sentido del valor. En consecuencia, no tienen problemas en caerse, levantarse para volver a intentarlo. Pero, no vayas a creer que el fracaso es el único predictor del éxito.

En este proceso influyen un montón de variables biológicas pues el contexto social influye de forma directa en el surgimiento de una idea increíble. Bien sea el procesamiento inconsciente o subconsciente, depende de la educación y la colaboración. Es decir, un emprendendedor no llega solo ni de forma arbitraria.

En resumen, sigue soñando. Si llegas a enfrentarte a una idea de oro, no le des el mérito a las musas o a la intuición. Recuerda lo que dijo Sartre en algún momento: “Un hombre es el resultado de lo que hicieron de él” Por tanto, cada idea y su respectiva ejecución depende de ti.