En este blog hemos conversado sobre la organización de las finanzas personales y las diferentes estrategias que puedes utilizar para obtener un mejor rendimiento de tus ingresos mensuales. Básicamente, se trata de optimizar las estrategias para afrontar tu presupuesto de manera eficiente para mejorar tu calidad de vida.

Ahora bien, cuando vivimos en pareja el tema de la organización del dinero puede ser complicado. De hecho, si no se maneja de manera adecuada, esta cuestión puede generar una situación de tensión que determine el final de la relación.

Por eso, queremos brindarte algunas estrategias para armar el presupuesto familiar de manera responsable.

¿Por dónde empezar?

 

Al principio todo es color rosa, canciones y cenas románticas. Pero, poco tiempo después, la intensidad del sentimiento de euforia disminuye y es hora de regresar a la realidad. Desde lo cual, hay una serie de leyes que estipulan los criterios para establecer la repartición de los recursos en caso de divorcio.

Pero, no existen leyes que estipulen la organización de los recursos mientras se vive en pareja. Por eso, el primer paso para organizar los recursos mancomunados, es conversar sobre el tema.

Hay que tomar en cuenta que esto va más allá de tocar el tópico de los ingresos de tu pareja, sin duda, hay que agregar a la lista el asunto las deudas particulares de cada uno. Ya que, la carga de uno de los individuos que conforma la pareja, afectará al otro y por ende… la economía familiar.

En resumen,  como la mayoría de los gastos serán compartidos, lo lógico es conversar para diagnosticar la situación financiera de cada miembro.

¡Presta atención!

 

Para conversar con tu pareja sobre el tema de las finanzas, hay que establecer el aporte que realizarán para financiar su relación.

Lógicamente, podríamos asumir que el 50/50 es un trato justo. Pero: ¿Qué ocurre cuando la brecha entre ambos sueldos es desigual?

Varios asesores financieros de afamada trayectoria recomiendan determinar los aportes económicos  tomando como referencia las entradas de dinero de cada uno.  Es decir, si bien cada pareja establece sus aportes individuales acorde a sus condiciones, la idea es que las contribuciones monetarias a la vida en pareja sean proporcionales a los ingresos que se reciben.

Esta es la manera de establecer equilibrio sin poner en aprietos al miembro de la pareja con menos ingresos.

 

¿Cómo calcular el aporte proporcional?

 

De entrada, debemos advertirte que no se trata de una operación complicada digna de raíces cuadradas y demás. El aporte proporcional consiste en organizar la lista de ingresos individuales y la lista de egresos para calcular el porcentaje con el que cada uno debe contribuir.

En este proceso no hay que dejar de lado, los gastos personales de cada uno. Así será más sencillo establecer la capacidad que tiene cada uno para contribuir.

Desde lo cual, el aporte proporcional puede determinarse de dos maneras:

  • Establecer el porcentaje individual por cada uno de los gastos mancomunados.
  • Repartir los gastos siguiendo la premisa de la proporcionalidad.

La segunda opción parece ser la más práctica, cada uno debe encargarse de temas como comida, renta, entre otros. Eso sí, manteniendo la regla de la proporcionalidad de los ingresos individuales.

 

¿Qué hacer con los excedentes?

 

Una vez establecidos los ingresos y egresos individuales para cumplir con los compromisos financieros en conjunto. Es hora de decidir lo que se va a hacer con los excedentes. En este caso, generalmente las dos opciones más comunes son: ¿Ahorrar o invertir?

Sin importar la decisión que se tome, hay que determinar si se hará de manera individual o compartida y ahí es precisamente cuando empiezan los problemas. Ya que pueden suceder varios escenarios: el primero y más común suele ser que la persona que más aporta a la sociedad que establece la pareja, señale que los excedentes le pertenecen y por lo tanto la decisión sobre el destino de ese dinero recae sobre ella.

Sin embargo, esta es una situación que se puede abordar desde múltiples aristas pues, hay parejas que deciden compartir la decisión.

Independientemente de la decisión que tome la pareja, lo importante tomar dichas decisiones en conjunto sin esconder información de tipo financiero.

 

¿Qué hacer con las cuentas bancarias?

Hablar sobre las finanzas de la pareja implica hablar sobre las cuentas bancarias. Este es un tema en el que se cruza el concepto de la autonomía pues hay que calibrar la independencia individual y las metas en conjunto. Como podrás imaginar, abordar esto no es para nada sencillo.

No hay receta a seguir en cuanto a esto. Pues, establecer si el dinero se manejará en cuentas conjuntas o individuales depende de las circunstancias particulares del equipo. Ahora bien, en el caso de que alguno de los dos tenga menos ingresos, una cuenta bancaria en conjunto le brinda mayor tranquilidad. El lado negativo es que, el que tenga mayor disponibilidad de recursos financieros tiene más poder en la relación y por lo tanto más control.

 

Esta es una disyuntiva que hay que analizar:

 

Pues el lado positivo de tener una cuenta en conjunto con tu pareja es que se simplifican los pagos, hay mayor transparencia en cuanto al manejo de los recursos, es mucho más sencillo manejar los excedentes y en caso de un imprevisto, la pareja tiene acceso a la cuenta para solventar problemas.

Todo esto es importante ya que, incentiva la confianza y el respeto.

Ahora bien, en cuanto a los factores negativos tenemos: pérdida de la independencia. En caso de un final abrupto alguno de los miembros de la pareja, puede tomar decisiones unilaterales sobre los recursos. También, ocurre que si un miembro de la pareja es ahorrativo y el otro gasta más, se pueden generar discusiones.

Además, hay que dar explicaciones a la hora de movilizar grandes cantidades de dinero y no hay que olvidar que las finanzas de la pareja puede ser motivo de chantaje y extorsión.

 

Entonces: ¿Qué es lo más recomendable?

 

Los asesores financieros no son terapistas de pareja pero si te pueden ayudar a evitar problemas de índole económico. Por eso, recomiendan tener una cuenta en conjunto para todo lo relacionado a gastos comunes y una cuenta individual. Esta es la clave para preservar la independencia económica de ambos.

Esto es conocido como la fórmula mixta y es ideal para tener respuesta frente a situaciones en las que el factor financiero es motivo de extorsión.

Así que podemos concluir que, para mantener una relación de pareja sana el tema financiero debe ser conversado y distribuido bajo el principio de la proporcionalidad. Así mismo, es determinante establecer la fórmula mixta para preservar la independencia financiera.