Sabemos que vivimos un momento de cambios que prometen cambiar el mundo tal y como lo conocemos. Por eso, revisando un artículo de la revista Harvard Deusto que puedes leer aquí, comencé a preguntarme sobre la manera en la que esto impactará la forma en la que entendemos el liderazgo tradicional y si este contexto complejo, le abre la puerta a un nuevo modelo de empresa.

Pues, es lógico suponer que la incertidumbre que genera normalmente los momentos de cambios profundos como este que estamos viviendo, pareciera que el liderazgo tradicional se queda corto para enfrentar los nuevos desafíos.

En consecuencia, estamos frente a la necesidad de gestionar empresas eficientes a las que se les exige mucha más responsabilidad, sostenibilidad e inclusividad. Por ende, el liderazgo detrás de estas compañías, debe tener estas cualidades.

Hay que reconocer que el liderazgo empresarial ha sabido responder al desafío que ha representado la pandemia, demostrando valores determinantes para el momento como lo son: responsabilidad, resiliencia e innovación, ésta última ha sido fundamental para responder a esta “nueva normalidad” que nos ha impuesto la pandemia, pues son las cualidades que cualquier actor social que se precie de ser legítimo debió responder a las exigencias de un contexto en el que la crisis toma distintas formas (sanitaria, económica y social).

 

¿Cuál es la estrategia para abordar estos tiempos disruptivos?

 

Los cambios generan incertidumbre y la incertidumbre genera transformaciones. Y, para el momento, estamos experimentando dichas transformaciones en cuestión de segundos. Así que, para enfrentar los retos ambientales, políticos, económicos y demás…es necesario reforzar la transformación digital o mejor dicho, la revolución tecnológica 4.0.

Si bien, esto puede generar unos riesgos increíbles y de carácter exponencial, la verdad es que abre la puerta a las oportunidades que pueden ser realmente impactantes. Pero, se necesita un líder que pueda anticiparse a los cambios para aprovechar su potencial transformador, también debe ser capaz de leer las señales del ambiente y sobretodo, debe tener una visión importante sobre el valor compartido y el impacto positivo que la empresa debe tener para lo sociedad y el medio ambiente.

Básicamente, se trata de darle un giro de 180 grados al liderazgo tradicional para dimensionar la actividad empresarial dentro de la solución de los problemas contemporáneos. De ahí que, en este momento los emprendedores tecnológicos juegan un papel fundamental en la concepción de una visión diferente del liderazgo tradicional.

Esto no significa renunciar a modelos de negocios económicamente fructíferos, se trata de alinear los modelos de negocios con valores sostenibles que coadyuven en la solución de los grandes problemas que afectan a la humanidad para el momento.

Es más, tal y como he señalado en otros artículos de este blog: la realidad es que resolver los problemas que aquejan y ponen en peligro la persistencia de la vida humana, constituye una oportunidad de negocios sin precedentes demostrando que es posible unir la actividad empresarial con propósitos sostenibles.